Seguir al hombre Capek,
matriz del sueño de años.
Mecido como un juego de colores.

Sátiro hoy,
caminante en un minuto,
extranjero en el vientre de mi planeta.

Así he interrumpido
las quimeras de la edad,
apagando los carteles uno
tras otro,
ajustando centro y periferia,
arrancado de mi cuerpo
y cubierto con una capa púrpura.

Si luego el pacto no se mantiene,
si el pasamanos esta roto
todo el pórtico
se desploma.
en el suave bullir de la rabia
y una revolución de títeres
derribados a palazos.